La medicina tradicional china es una ciencia milenaria: uno de los libros más influyentes, el Canon Interno de Medicina China del Emperador Amarillo, data de hace más de tres mil años. En este libro y en los sucesivos se aporta mucha de la experiencia con la que el pueblo chino se ha cuidado y curado por milenios. En la actualidad convive en las grandes ciudades y hospitales junto con la medicina occidental.
Su base es la energía que recorre nuestro cuerpo: la misma que impulsa a latir el corazón o a movernos y ésta se genera a partir de la transformación de los alimentos y la respiración, lo que vendría a ser la gasolina que mueve nuestro coche. Con los años y a base de la experiencia consiguieron plasmar en un modelo como el de la imagen todos los recorridos por donde circula la energía y cómo ésta toma partido en los diferentes órganos.
Fueron observando y probando qué sucedía cuando sobre estos recorridos se apretaba, se pinchaba o se daba calor y a partir de ahí fueron naciendo las diferentes técnicas (tuina, acupuntura, moxibustion, etc.) cada una según sus mejores resultados sobre cada dolencia y enfermedad que se trataba.
Las enfermedades y/o dolencias que se tratan en la medicina tradicional china van desde una contractura a aliviar los efectos secundarios de la quimioterapia, pasando por gastritis u otros problemas digestivos, enfermedades ginecológicas, lumbalgias, impotencia, amenorrea, problemas respiratorios, estrés, ansiedad, migrañas, problemas emocionales, bajar de peso, dejar de fumar, etc.
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